El arte de extrañar

Un buen extrañador, si vive solo o encerrado en sí, mejor. En cualquier caso, ha de hacerse expulsar de casa. La soledad no es una excusa. Sin llegar a la causa extrema de un fregadero colmado de platos sucios, cualquier electrodoméstico es quien para enfilarte al otro lado de la puerta. Provoca a la vieja lavadora. Unas zapatillas de correr campo a traviesa bien centrifugadas cargan baterías. No las acompañes de ninguna otra prenda para que tu lavadora reciba nítidamente una buena tunda de patadas en la barriga. Que los espejos no te soporten es una buena señal. Yo tengo un cuadro de Jon Iraeta que con los años va cogiendo peso, le han salido dos barriguitas. Funciona como un reloj, sólo da una hora, la de irse. El día que se cae al suelo sé que me está anunciando un nuevo cambio de domicilio.
Al buen extrañador, al veterano, le rehuyen los vecinos en la escalera con una sola excepción, la del idiota que entra y sale de su casa como cualquier otro del retrete al dormitorio y no se cruza con nadie cuando se cruza contigo. Es un alivio que todavía ninguna entidad haya reclamado la difusa configuración del idiota para ponerla bajo el amparo de las leyes.
Los cuadros que caen
El extrañador vuelve a los lugares habituales con la esperanza de que la porquería haya cambiado de sitio. Aquí, debo evocar otra vez a mi amigo el pintor, éste, el de los cuadros que se caen del árbol. Hace años, me regaló un lienzo que yo mismo elegí y que, después de muchos años, también, de velar mis sueños colgado en los dormitorios, se hizo a mí hasta el punto de decirme lo que tenía que hacer, como debe ser. La obra de arte o tiene este don o no es nada, porque ni obra, ni es arte que valga. Esta, en particular – «En la contradiccion de los santos» – sólo me dice dónde quiere que la cuelgue cuando empiezo con ella a habitar un nuevo domicilio, y al caer, que vaya preparando las maletas.
Un buen extrañador se hace preguntas bien fundadas: ¿Cuándo lo dejo todo y dejo caer los brazos, dónde estoy?

Las pinturas le exigían una lucha a brazo partido con la idea. Las ideas son muy malas de retratar, no paran quietas, no callan.

(…) en la masa oscura están los trayectos, el campo abierto, todas las escapatorias, todos los lugares de donde nunca se sale.

Mi amigo Jon dejó de pintar, porque no tenía sitio para tanta parafernalia. Las pinturas le exigían una lucha a brazo partido con la idea. Las ideas son muy malas de retratar, no paran quietas, no callan. A menudo, se quedaba dormido bajo el lienzo. En parte, necesitaba pensarlas y, en parte, soñarlas. Pasaron dos años y al cabo comprendió que tampoco tenía tiempo para una labor que ni él vendía, ni nadie pagaba. Jon siempre fue un buen extrañador, que es lo importante. Un buen extrañador se hace preguntas bien fundadas: ¿Cuándo lo dejo todo y dejo caer los brazos, dónde estoy? ¿Cuándo salgo afuera y contemplo las luminarias del firmamento, a qué parte de mi vida estoy mirando? Es un extrañador leído que se agarra a una razón de rescate antes de precipitarse en el espacio exterior: Creía que en las estrellas estaba escrito el futuro, cuando resulta que es todo lo contrario. El mar es un espejo navegable donde se miran las constelaciones que los marinos interpretan tocando el astrolabio o la lira; un espejo.
El Ángelus extrañador
Lo que parece es y no es lo que parece. Parece que la sima abisal es lo correspondiente abajo del agujero negro cósmico. Pero el agujero negro, aún con sus mundos, ha de tener salida, él mismo es una salida a no sabemos dónde. Porque las estrellas son faro y desnorte, reclamo, fundición, y los planetas salpicadura y grano, llegada, tumba, trampa circular…, en la masa oscura están los trayectos, el campo abierto, todas las escapatorias, todos los lugares de donde nunca se sale. La palabra salir significa volver a entrar en la claridad de donde nunca se sale. Por eso – no sé si Jon conmigo – me quiero a oscuras, abandonado, braceando para seguir a flote. Quiero ser extraño y extrañar, a la fuerza o al albur, fuera de toda elección consciente.
Extrañar significa estar por primera vez, hacer por primera vez, amar por primera vez y para siempre, ser un don nadie capaz de cualquier cosa.
Extrañar significa ser sólo uno extraño, mientras todo lo demás en derredor es nuevo o parecido a cosas, gentes, labores, lugares que un día, para ti, también fueron nuevos. Extrañar significa ver de nuevas lo de siempre, advertir que la porquería ha cambiado de lugar y forma una confluencia temporal con Sirio y la hora del Ángelus. Jon dejó la pintura por la fotografía, que es más llevadera y se lleva más que la poesía escrita. Que pinten ellos. Todos los días se hace teatro en los cafés y en los semáforos; a todas horas, segundo a segundo y en cada millonésima de sus partes se pinta la gloria y el declive de una escena inmortal; se pinta la cópula que los desconocidos distantes encargan a través de visajes enamorados. La ceremonia de la reproducción siempre ha sido la misma, varios y varias concurren y encelan a los dos que terminarán uniéndose. El amor de reproducción no es asunto de dos, es tarea perentoria de todos. (¡Qué patéticos, los que cubren de luto la sexualidad! Sus actos son actas de extinción). Yo sé que quien corresponde a mi mirada enamorada tendrá un hijo de mí. Y Jon ya no pinta, hace fotos de los cuadros que se pintan por sí mismos, de los que pintan sin saber que pintan una pincelada éste, otra aquél, la última el camión de la basura, que ese día no recogió una silla de ruedas inútil.
Finalmente, compruebo que vuelvo a repetir lo dicho otras veces. El arte de extrañar quiere decir que en el extrañar está el arte, que lo que parece que es no es lo que parece. Extrañar significa estar por primera vez, hacer por primera vez, amar por primera vez y para siempre, ser un don nadie capaz de cualquier cosa. El buen extrañador respira siendo extraño. La vida es una inmortalidad extraña. A que sí, Juanito.

El arte de extrañar by Textos: Jesús Mª Ventosa Fotos: José Antonio Díaz Iraeta is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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