A esta Gloria hay que seguirla

Una voz que descolla en el teatro musical
Es actriz y cantante. Yo de ella sólo puedo hablar de oídas. Escuché su voz no hace mucho en un programa de Radio 3 (Radio Nacional de España) llamado El séptimo vicio. Antes escuché su voz que su nombre, una voz limpia, clara, castellana, si quieren hasta virginal, al principio. Una voz como tantas, bien entonada, suficiente para lucir de solista en una agrupación coral; solista del coro de Piedrabuena (Ciudad Real), por ejemplo, su pueblo de origen. Pero, ¡ay!, cuando llega la estrofa valiente…; cuando una cantante a quien no conoces llega a la estrofa valiente, que suspendes la respiración, que te pones a la defensiva igual que ante una tiza en la pizarra, que no respiras para evitar interferencias, que pones la cara y tu mejor oído expectantes: ¿se resolverá en beso o en bofetada? Cuando llega la estrofa valiente, Gloria avasalla, y después convence. Sus versiones recuerdan el original para el aprobado, aunque no se detienen ahí. Es a partir de ahí que reconoces matices emotivos de una personalidad distinta, que también es técnica vocal y que gusta. Tiene alma y le resuena bien.
Después de escucharle el primer tema – un A tu vera estilo payo que hubiera aplaudido Lola Flores, me atrevo a decir – el director del programa pronunció su nombre: Gloria Albalate. El momento en que escuchas por primera vez el nombre de un artista desconocido es crítico, no me digan que no. Si es músico – más aún si es cantante – el cerebro listo de uno espera que, sea pseudónimo, mote o nombre de pila, suene bien. ¿Qué menos, no? Si es cantante, que el nombre armonice con lo que cante, como si fuera un preámbulo. «¿Escuchaste a Fuencisla Carrión?» «¿Fuencisla Carrión? ¿Qué canta, jotas?» Fuencisla Carrión puede ser nombre para jotera aragonesa, pero si lo que le tira es el pop, no sé yo. Por cierto, existe la jota de Albalate, de Albalate del Arzobispo, provincia de Teruel. También, hay un Albalate de las Nogueras (provincia de Cuenca) y un Albalate de Zorita, que además de jota tiene seguidillas y es manchego como Gloria. Entonces, no sé…
Donde no aparece Albalate es en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, y esto tampoco lo entiendo. Está «gobernanza», por citar uno entre cien. «¿Gobernanta?», no, «gobernanza». Si acuden a su definición coincidirán conmigo en que se la han pasado los burócratas de la UE (Unión Europea). Un día apareció Felipe González (ex presidente del gobierno español en ruta por los foros de por ahí) en la televisión española y dijo: «gobernanza». Esto sería hace tres o cuatro años. A día de hoy, habré escuchado esa palabra dos veces más. Dicen los académicos que el diccionario recoge el habla de la gente. En fin. Voy a hacer una predicción. Gloria Albalate va a poner a todos los «albalates» en el mapa y a Piedrabuena, por descontado. Si se empeña, si la suerte no le esquiva y si algún productor de pro me lee y me hace caso, pronto podrá leerse en los programas de mano: «Gloria Albalate, cantante y actriz», y no al revés. Quienes quieran y puedan verla interpretar, el próximo domingo 5 de mayo, a las 19 horas, representará su última obra de teatro musical «Putas (rancheras)» en Nave 73, calle Palos de la Frontera, 5 (Madrid). Le escucharán cantar los temas con que he ilustrado esta reseña y unos cuantos más. Se lo recomiendo.

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